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jueves, 26 de marzo de 2015

La araña Tricotosa

Y el último por hoy de "Dos docenas de cuentos frescos", éste de tamaño XL

La araña Tricotosa
 
Puede escucharse mientras 
se sigue el texto en el 
vídeo que figura al pie


La araña Tricotosa tejía su tela sin descanso, cuando se acercaron a su nido unos escarabajos muy estirados, con maletines en mano que le dijeron: 
- Señora Tricotosa, venimos a hacerle una oferta que puede ser de su interés
- ¿Y cuál es esa oferta?
- Le vamos a comprar toda su producción de tela para las franquicias de nuestra cadena JARA y sedal suficiente para coser las prendas, le ofrecemos un contrato en exclusiva pero debe comprometerse a suministrarnos tantos metros cuadrados y lineales como le vayamos fijando en función de las ventas. Estúdiese el contrato y, si está conforme, déjelo firmado en la JARA más próxima.
Tricotosa se estudió el contrato, los precios y la cantidad de tela a suministrar. Aquello superaba con mucho las posibilidades de producción de sus propias hileras y los precios en moscas por metro estaban muy ajustados. Si quería cumplir con los compromisos de producción debía contratar muchas otras arañas trabajando día y noche por una pequeña parte del precio, porque algún beneficio debía tener ella.  
Preparó una amplia madriguera para alojar a todas las tejedoras que tenía que contratar, suficientemente amplia para que pudieran incluso dormir allí mismo sin perder tiempo. Corrió la voz por los romeros y mejoranas cercanos y pronto tuvo allí una legión de arañas dispuestas a trabajar duro por poca mosca.
Una vez firmado el contrato y entregado en la JARA del barrio, comenzó la producción. Las obreras hilaban febrilmente durante horas sin tiempo casi para dormir ni para comer, aunque esto último no era problema porque, con lo poco que les pagaba, no podían perder mucho tiempo comiendo.
Mientras tanto los escarabajos estaban muy satisfechos, veían cómo las ventas y los beneficios crecían y crecían. Crecían mucho más que cuando eran los gusanos de seda aquellos que proporcionaban la materia prima, porque ahora salía más barata y su fabricación no era tan lenta. Y aunque la calidad y duración de las prendas hubiera mermado sensiblemente, el negocio iba viento en popa.
Cuando tengáis que comprar alguna prenda de vestir tenéis que aseguraros de la calidad y durabilidad y no guiaros sólo por el precio. También hay que reparar en el trato que reciben las arañas que producen el hilo.
Para vuestra información Flip, Willie y Maya acaban de cambiar de tienda y ahora se visten sólo en establecimientos respetuosos con los derechos de las tejedoras.




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