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miércoles, 11 de febrero de 2015

Gatsby Boots



GATSBY BOOTS

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se sigue el texto en el 
vídeo que figura al final



Una fresca noche agosteña, a la tenue luz del creciente y sobre el tejadillo de un cobertizo, encontramos a Félix rodeado de su última camada explicándoles, como solía hacer cada vez con los jóvenes,  la historia de la familia.
Félix Combotas estaba ya en su séptima edad, veía próximo su viaje al paraíso de los gatos y quería mantener viva la memoria de la familia Combotas, una historia que se había ido transmitiendo de generación en generación... y les decía así.
-Esta noche, mientras no nos interrumpa el zapatazo de algún vecino insomne, os voy a relatar algo que nunca os había contado y que no se encuentra en ese libro de historia de la familia que los humanos titulan “El Gato con Botas”.
Os voy a desvelar algo muy importante referido a mi trastatarabuelo, del que vosotros sois sus bichoznos. Ese antepasado nuestro, el más famoso de la familia, el que nos hizo entrar en la historia, se llamaba Gatsby Boots – de los Boots de Aberdeen – y en sus tiempos de mayor popularidad le llamaron “El Gran Gatsby” y “Cat in Boots”; pero a causa de una horrible traducción vino a ser llamado, como consta en ese libro de historia que os he dicho, “El Gato con Botas”. De aquí viene nuestro honorable apellido, y de él viene el compromiso que alguno de sus descendientes debe afrontar para dar paz a su espíritu, reparando el mal que hizo en vida.
Para que lo entendáis, tenemos que remontarnos a aquellos tiempos en que los gatos se comunicaban con los humanos; a los que, además de considerarlos como sus amos, les debían obediencia y sumisión. ¿Queréis que os lo cuente?
-Si, si, cuéntanosgritaron todos los gatitos a un tiempo.
En aquel momento sonó un grito desde una de las ventanas del edificio de enfrente.
-¡Maldita sea!, ¿Es que no va a poder dormir uno tranquilo?, ¿Voy a tener que cerrar la ventana y pasar calor? ¡Fuera de aquí gatos! ¡Ya estoy harto!
 Y un zapato pasó rozándoles las orejas; la desbandada fue general y aquella noche el vecino pudo acabar de dormir en paz.
A la noche siguiente, noche oscura cerrada porque estaba nublado, se encontraban de nuevo reunidos sobre el tejado y Félix reanudó la charla de esta manera:
-Espero que esta noche no nos moleste el vecino; y si se desvela, por lo menos, no nos podrá acertar de lo oscuro que está. Seguiremos donde nos quedamos anoche.
Tras la historia que todo el mundo conoce; el hijo del molinero, convertido por obra de nuestro antepasado en  el Marqués de Carabás, se casó con la princesa y se fueron a vivir a Palacio. Pero Gatsby desentonaba en aquel ambiente tan refinado y mucho más cuando, por fallecimiento del rey, la princesa heredó el reino y el Marqués pasó a ocupar el trono a su lado.
Nuestro antepasado pasó sus últimas vidas olvidado y marginado y, ante tamaña ingratitud, a partir de entonces aquel entendimiento que existía entre gatos y humanos desapareció y los gatos dejamos de sentirnos obligados y sumisos a los amos, es más, a partir de aquellos tiempos los gatos dejamos de ser propiedad de los humanos, de hablar con ellos y nos convertimos en los dueños absolutos de la casa y sus habitantes, que debían estar a nuestro servicio, cepillarnos, acariciarnos, darnos de comer, ponernos arena y limpiar nuestros desechos.
Pero, anteriormente, mientras nuestro antepasado le debía obediencia al hijo del molinero hizo, como sabéis, todo para sacarlo de la miseria y encumbrarlo en lo más alto de la aristocracia; para ello tuvo que conseguirle tierras, castillos y riquezas y la única manera era despojar de ello a quien era propietario en ese momento, pero Gatsby como se debía en cuerpo y alma a su amo no reparó en la deshonestidad de los medios empleados para conseguirlo.
Las propiedades en cuestión eran de un ogro que vivía en el castillo, y mi trastatarabuelo se las ingenió con malas artes para dejarlo sin nada.
Primero comenzó cazando como furtivo en las tierras del ogro para obsequiar con liebres, conejos, perdices y otras piezas al rey, haciendo ver que pertenecían a los cotos de caza del Marqués de Carabás.
Perrault en su libro relata que después amenazó a los campesinos con hacerlos picadillo si no decían que aquellos campos eran del Marqués. Los campesinos, que no tenían ninguna queja del ogro puesto que los trataba bien, obedecieron a  Gatsby por miedo y afirmaron lo que él les ordenó; pero lo que en la versión de Perrault es inexacto es que devorara al ogro convertido en ratón. Ni siquiera se le pasó por las mientes.
La verdad es que se agenció unas botellas de vino y, acercándose al castillo se las regaló al ogro con toda clase de zalamerías, ronroneos y adulaciones y le incitó a jugar al póker, juego en el que Gatsby era muy ducho. El ogro bajo el efecto del vino y de las trampas que le hizo nuestro antepasado, que marcaba imperceptiblemente las cartas con la uña, perdió todas sus posesiones y hubo de marchar muy lejos de aquel reino.
Todo esto; la caza furtiva, el engaño, las amenazas a los campesinos y las trampas en el juego, amargaron sus últimas vidas.
Cuando constató el mal que había hecho y la ingratitud de su amo, aunque algo le consolaba el hecho de no haber devorado al ogro, como torcidamente se decía de él, se juró encontrarlo y tratar de resarcirle del daño que le había hecho, pero no le fue posible y murió con esa pena. Desde entonces, guardamos como una reliquia las botas que calzó para que las use el que ha de salir al encuentro del ogro. Todos los descendientes estamos comprometidos en la tarea de hacer lo que él no pudo, y cualquiera puede calzar esas botas, además espero que sea uno de vosotros el afortunado, porque ahora creo que estamos más cerca que nunca.
Pero la continuación de la historia la vamos a dejar para mañana, que ya es muy tarde y los gatos también dormimos por la noche; tarde, pero dormimos.
Cada cual se retiró por su gatera y durmieron un tanto inquietos; todos soñaron con su antepasado, con el ogro y con el Marqués de Carabás que, en sus sueños, curiosamente tenía un rostro tan horrible que daba miedo, el rostro de la ingratitud.
Ya antes del anochecer estaban todos esperando en el tejado a que llegara Félix y siguiera con el relato, mientras hacían conjeturas de dónde podría estar el ogro y quién de ellos lo encontraría y, si lo llegaban a encontrar ¿Cómo podrían compensarle?
Así se estuvieron horas hasta que se hizo de noche y Félix no llegaba, estaban impacientes pero acabó llegando, con aspecto extenuado y rostro macilento, pero allí estaba.
-Os he hecho esperar. Uno ya no está en la cuarta ni en la quinta vida y cada vez me cuesta más caminar y mucho más trepar a los tejados.
Os dije ayer que ahora estamos más cerca que nunca de encontrar al ogro, y es verdad. Hace días me encontré con un asno, un poco pata pero, como habla tanto que no hay quien le calle, me enteré de que había un ogro viviendo en una ciénaga perdida al norte del reino y que acababa de rescatar a una princesa ogresa del reino Muy Muy Lejano. La verdad es que el asno presumía de haberla  rescatado él, aunque eso yo nunca me lo acabé de creer.
Así que la situación es esta, tenemos localizado a un ogro que, si no es el que conoció Gatsby, probablemente es hijo o nieto de él, por lo tanto uno de vosotros va a tener pronto una importante misión en la vida; encontrarlo y ayudarlo en lo que sea y, ya que no podemos restituirle sus propiedades ni resarcirle por los daños morales, al menos le podemos ofrecer lo más raro y valioso en nosotros los gatos que es la fidelidad y la sumisión, poniéndonos a su disposición para lo que desee como si fuera nuestro amo.
Creo que con eso daremos satisfacción a nuestro antepasado y podrá reposar tranquilo en el paraíso felino.
Ahora lo más difícil será decidir quién de vosotros emprenderá esta misión y se calzará las botas de Gatsby, porque yo sólo espero reposar pronto al lado de nuestros antepasados y no podré ver como acaba todo. Como los peligros que acechan en esos caminos son muchos, le tocará a aquél que demuestre ser el más hábil en la esgrima y para ello vamos a organizar un torneo, aunque eso es posible que yo tampoco lo vea. ¡Ánimo y adelante! Que la historia espera a uno de vosotros y seguro acabará siendo tan famoso y admirado como mi recordado trastatarabuelo.
Todos se dispersaron, cada cual se buscó probablemente un rincón discreto para hacer sus ejercicios de sable y florete, pero eso es otra historia que, a buen seguro, dará mucho que hablar en el futuro en todo el mundo.



Este trascuento narra lo que pasó con la descendencia de 
y también tiene algo que ver con las aventuras de un ogro llamado SHREK

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