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domingo, 22 de febrero de 2015

El cuento que no quería ser contado


Un cuentico corto de calibre M, 
no tanto como el de Monterroso, pero...  



El cuento que no quería ser contado


Puede escucharse mientras 
se sigue el texto en el 
vídeo que figura al final


Había una vez un cuento tan tímido que le daba mucha vergüenza ser contado o leído.
Todo comenzó la primera vez que lo contaron. Los que lo escuchaban dijeron: que si era muy corto, que si no se entendía nada, que si esto, que si lo otro,... Así que, desde entonces, se escondía detrás de la memoria para que nadie lo pudiera recordar y detrás de las hojas para que nadie lo leyera. Y si alguien pasaba la hoja se cambiaba a otra página, sólo quería que no lo vieran.
No servía de nada intentar contarlo, y eso que en realidad era muy corto y fácil de recordar, pero él seguía escondido en el último rincón de la cabeza y no se asomaba por el cerebro por nada del mundo.
También en los libros; no sólo cambiaba de hoja, sino de libro, y pasaba del libro de cuentos en donde nació, a uno de policías y ladrones, a uno de piratas, a uno de indios....
Pero con el tiempo se dio cuenta de que si nadie lo recordaba, si nadie lo leía, acabarían olvidándole del todo y desaparecería para siempre. Eso le daba aún más miedo que aparecer en público, por lo que decidió vencer la vergüenza y dejarse contar o leer. Pero, como hacía tanto tiempo que venía jugando a aquel escondite, ya nadie lo podían recordar, ni siquiera en qué rincón de la memoria lo habían dejado la última vez, así que nadie fue capaz de contarlo. Sus palabras escritas se habían embarullado y mezclado tanto por todos aquellos libros en los que se había escondido, que fueron incapaces de juntarse, así que nadie podía leerlo y cuando encontraban sus palabras mezcladas con las de otra historia o cuento, pensaban que aquello era un error de imprenta.
Por eso es por lo que tuvo que vencer su miedo y hacer lo único que le quedaba por hacer para no acabar desapareciendo.
Decidió contarse él mismo y, tragando saliva, acabó diciendo:

“Éste era un cuento que no quería ser contado"
y colorín colorado
este cuento se ha acabado.


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